El chupete es un aliado para él bebé en momentos de ansiedad, llanto, miedo, soledad o dolor, ya que le consuela y reconfortar. Pero, por la necesidad de uso que genera, conviene utilizar uno adecuado y durante el tiempo preciso.
1-Algunas de sus propiedades
El chupete reconforta al bebé, calma su ansiedad, mitiga la sensación de soledad y actúa como analgésica, ya sea durante la salida de los dientes o ante procesos dolorosos (manipulaciones medicas, vacunas, cólicos de lactante, etc…).
* Puedes ofrecérselo a tu hijo una vez que se haya instaurado correctamente la lactancia. Si toma biberón, puedes dárselo entre tomas, cuando salgas del hospital.
* Su principal virtud: reduce la incidencia de la muerte súbita del lactante (junto a otras mediadas como acostar al niño boca arriba y controla su calor corporal).
2-Para utilizarlo bien
Elige para tu hijo un chupete sin partes que se desprendan, ni materiales tóxicos.
* No unas el chupete a una cadena colgada de su cuello.
* Ten varios en uso y ve reemplazándolos ante cualquier síntoma de deteñoro.
* Nunca lo mojes en azúcar, miel ni otras sustancias dulces.
* Todo chupete nuevo, aunque venga higienizado en su envase, debe ser esterelizado antes de dárselo al niño para su primer uso.
3-¿ Y qué pasará con sus dientes?
Aunque la creencia popular relaciona el chupete con problemas dentales como alineación incorrecta, mordida cruzada o paladar estrecho, la mayoría reducen muchísimo esta posibilidad. Eligela con tetina blanda (la fuerza que realiza el niño al succionar es una de las condicionantes de su salud denta), de cuella y base estrechos para el cierre correcto de la boca del niño y de la talla adecuada a la edad del niño. Entre los 19-24 meses hay que reducir su uso, solo para dormir y reiterarlo poco a poco, para llegar a los 36 meses sin chupete.
Tipo de chupete: 