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Usa agua caliente para disolver el detergente o el jabón en pedacitos, obtendrás mejor y más abundante espuma.
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Durante la noche, deje la ropa en remojo en esta agua.
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Si una mancha es resistente trata de exponerla un ratito al sol y luego vuelve a restregarla inclusive con un pedacito de jabón directamente o una pizca de detergente seco.
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No eches nunca el detergente cuando la ropa está ya metida en la lavadora.
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No metas más ropa en el agua de la que normalmente la lavadora puede mover cómodamente.
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Si tu lavadora se desborda por exceso de detergente, vierte dentro de un chorrito de vinagre o un poco de sal, y la espuma se controlara al momento.
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Los cuellos y bordes de las mangas de las camisas son las zonas que más suciedad recogen. Con un cepillo plástico mojado en jabón, límpialas suavemente hasta que forme una especie de pasta blanca, y después procede como de costumbre. Las prendas quedaran como nuevas.
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Para no tener que lavar la ropa con hombreras puestas, en lugar de prender estas con hilo, cóseles broches de presión y hazlas de quita y pon.
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Los pantalones azul de mezclilla azul (pitusa, jeans…) conservan su color si los mojas un buen rato en agua con vinagre o con sal. Dicen que esa mezcla fija el color.
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Para borrar la línea del dobladillo que has alargado, aparte de lavar con cuidado la pieza, moja el área con agua y vinagre y, al plancharla, utiliza un pedazo de papel humedecido y la plancha caliente.
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La cascara de huevo ayudan a blanquear las ropas. Reúne un grupo de cascarones y lávalos muy bien. Ponlos a secar y luego colócalos en un saquito de tela ligera. Así están listos para cuando vayas a lavar. Solo tienes que colocar el saquito con la carga de ropa en la lavadora, y no te arrepentirás.
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Las prendas confeccionadas con telas de encaje requiere cuidados especiales a la hora del lavado. No las estrujes. La mejor manera de lavarlas es remojándolas en agua jabonosa. Si están manchadas o muy sucias, repite la operación.