Siempre se ha dicho que un verdadero amigo es un tesoro en la vida no tan fácil de encontrar; por eso, es preciso saber valorar y fomentar los amigos verdaderos y leales. Cuando tienes problemas y puedes simplemente hablar y desahogarte con tus amigos, se desdramatiza el problema un poco porque descargas la tensión y también puedes encontrar nuevas razones más objetivas para afrontar el problema.
Se debe tener confianza en el amigo significa que tenemos la seguridad moral de que responderá favorablemente a esperanza de amistad que depositemos en él.
La generosidad nos ayuda y facilita dar que es esencial en la amistad. El dar y darse es esencial en la amistad. El amigo de verdad es generoso y da, siempre para ayudar eficazmente al amigo. El egoísmo se opone radicalmente a la amistad.
Hay que ser leales que responde a la fidelidad de la amistad Son buenos amigos los que defienden los intereses y el buen nombre de los amigos.
El agradecimiento es el más efímero de los sentimientos humanos, la gratitud es propia de verdaderos amigos.
No ser egoísta. El yo es un enemigo mortal de la amistad. El orgullo y el egoísmo no caben en la amistad .El orgullo no mira más allá de su persona, de sus propias cualidades, de sus intereses. No es capaz de ayudar a nadie.
La amistad se demuestra en la preocupación por el amigo, interesándose por su bienestar, por sus problemas y logros. Por esto procura reunirse, comunicarse o convivir con él. Un amigo es el que está en todo momento, el que te levanta cuando estás decaído. Es en la turbación donde la amistad se pone a prueba.
Por último somos seres básicamente emocionales y el sentirnos apoyados y queridos por nuestros amigos o seres queridos nos aporta mucha fuerza y mucha moral, refuerza nuestras defensas y también nuestra capacidad de afrontar los desafíos de la vida.
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