Si eres operadora, secretaria, enfermera, pianista, camarera… Cuando llegas a casa tienes los brazos muertos. Siempre que puedas y este sentada, mantenlos cruzados sobre el pecho para relajar los músculos de esa zona. Ayuda si te acuestas sobre una tabla recta (previamente colocados sus dos extremos sobre sendas sillas) o un mueble donde cuelguen los brazos y manos flojamente a cada lado, como si no tuvieras huesos ni músculos.
En la cama adopta la posición que te sea más cómoda, si prefieres acostarte boca abajo, coloca una almohada blanda entre el pecho y las caderas. Si lo haces de espaldas, pon la almohada bajo las rodillas para obtener el máximo provecho del descanso, y si es posible, levanta la cama. Hazlo poco a poco hasta que la elevación sea del ta mano de un ladrillo promedio.
*Siéntate correctamente: la espalda recta, contra el respaldo; ambos pies sobre el suelo.
*Vigila tu postura: si te encorva, enderézate.
*Usa el calzado más conveniente para cada ocasión, en dependencia de la actividad que desarrolles. Sobre todo, cuida los tacones. Los más convenientes para el uso diario son los que están en el rango de los cuatro centímetros, y las plataformas corridas.
*Recoge el vientre, así como los glúteos. Un truco muy socorrido es contraerlo como si fueras a pasar por un espacio muy estrecho. Esa tensión contribuye a fortalecer la pared abdominal y el tono muscular. Con el tiempo el vientre prominente se suaviza y quizás hasta lo veas desaparecer.