Dale al play y a disfrutar!!

Cantar, bailar…a los niños les encanta la música, y más si es a tu lado. Pero ¿conoces los auténticos beneficios de una
hermosa melodía?

La música forma parte de la vida de los niños desde que nacen. Mucho antes de hablar, ya experimentan con los sonidos: balbucean, se comunican con onomatopeyas, se ríen, canturrean… Y no es casualidad; si lo piensas, verás
que sus primeros juegos están vinculados a los ritmos y melodías populares: los dormimos con nanas, los divertimos con juegos de falda, a menudo les hablamos con palabras cantadas…

El poder que tiene, según dicen los expertos, va más allá de las palabras, y es cierto: la música acerca a las personas y crea vínculos afectivos. Por suerte, la encontramos en cualquier lugar y al alcance de todos: el silbido del viento, la lluvia al caer, las palmas que hacemos con las manos y, por supuesto, la música que escuchamos y las canciones que cantamos. Además, con la música y las canciones, también expresamos emociones y sentimientos.

Sin embargo, antes de apuntar a los niños a una escuela de música es preferible dejarlos que aprendan a sentirla y a acariciarla, y es que para disfrutar de ella no necesitamos ser grandes expertos, disponemos de todo lo necesario
a nuestro alcance: nosotros y nuestro bebé. Bailemos, cantemos, compartamos con ellos nuestras canciones favoritas…, será, sin duda, una experiencia enriquecedora, que proporcionará a los niños seguridad emocional y confanza en sí mismos.

Los juegos de falda afianzarán nuestros lazos. La melodía entrará en ellos a través del mimo, la sorpresa y las risas. Cualquier hora es buena para cantar y bailar, y cada momento puede tener su canción: al levantarse, al salir de la bañera, a la hora de recoger…
Improvisar melodías o construir instrumentos de percusión también nos puede convertir en pequeños creadores de sonidos.
¿Y relajarse en la alfombra y escuchar en silencio? Así la música nos penetrará y los niños descubrirán el placer de la escucha.