Muchos tratamientos de la madera a base de barnices, esmaltes y pinturas no sólo atenúan las virtudes de este material noble, sino que incluso pueden provocar alergias.
Si se pretende abrillantar o dar lustre a un mueble, nada mejor que una mezcla de aceite vegetal y zumo de limón, en lugar de barnices.
Para recuperar el brillo del roble se hierve un litro de cerveza, con una cucharada grande de azúcar y dos de cera de abeja. Una vez fundido se deja enfriar y se frota con un trapo sobre la madera.
Los muebles de nogal deben repasarse con un trapo mpapado en leche, y después abrillantar con un paño seco.