Lo que deja la huella no es la promesa,sino lo que cumples..

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Nos pasamos la vida haciendo promesas como si tuviéramos la certeza de que, al hacerlo, supiéramos que la gente que queremos en nuestra vida no se va a ir de ella nunca.. hacemos promesas a la manera de contratos, que permiten de forma ilusoria, el tiempo que compartimos con alguien..
Sin embargo, no nos damos cuenta muchas veces de que lo que deja la huella no es el acto de hacer una promesa y la expectativa de cumplirla, sino que deje de ser promesa y se convierta en realidad.. al fin y al cabo la realidad es lo que verdaderamente importa..
Quédate con el que te dé el cielo antes de prometértelo ..
Cuántas veces hemos prometido el cielo? O, mejor aún, cuántas veces nos lo han prometido?
Hacer promesas es sencillo, por eso cuando no se cumple nos sentimos decepcionados: esperábamos algo , teníamos confianza en lo que nos habían dicho y no puede ser..
Para evitar este tipo de sentimientos negativos en nuestra vida, es muy necesario que seamos conscientes de que un cariño no vive de palabras bonitas y promesas a la distancia, como diría Cortázar; sino de un presente lleno de detalles en el momento..

Por qué damos tanta importancia a las promesas..?
Lo cierto es que cualquier relación fuerte que tengamos en nuestra vida, si lo pensamos, está fundamentada en la confianza que podemos tener con la otra persona.. no importa el tipo de relación del que hablemos: tanto como si es tu pareja como si es un amigo, la confianza es siempre el punto de arranque, el tabique y el punto de finalización de cualquier lazo existente entre dos personas..
Justamente por eso tenemos que tener en cuenta la promesa empieza a crear confianza en la otra persona, mantenerla o acabar totalmente con ella.. esta es la razón por la que, inconscientemente, damos demasiada importancia y consistencia a las promesas..

Cuídate de las promesas.. qué podemos hacer?

En primer lugar es importante que sepamos que no todas las  promesas están a nuestro alcance: tenemos que ser conscientes de que, aunque no lo queramos creer, hay promesas imposibles.. limita lo que prometes a lo que estés seguro de que puedes lograr y créete solo aquellas promesas que sabes que son posibles..
En segundo lugar es beneficioso que pensemos en la otra persona, a la que le estamos haciendo promesas: cómo crees que se sentiría si no lograras cumplirla? Cómo te sentirías tú en su lugar?
Por último trata de tener siempre presente que hacer una promesa lleva detrás millones de condicionantes y que no es una broma.. hacer una promesa a alguien es un acto tan serio como seria pueda ser la relación que tengas..

Tomado de: Inteligencia Emocional.

 

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