¡En brazos de los abuelos!

Cuando existe acuerdo entre los adultos, la convivencia intergeneracional enriquece el desarrollo del niño porque obtiene más atención, cariño, compañía y ayuda.

La visión y el papel de los abuelos ha cambiado. “Actualmente son una gran ayuda para las familias y tienen un papel activo en la sociedad. Generalmente los abuelos están ahí como se suele decir ‘para lo que haga falta’ y se sienten obligados a ayudar en estos tiempos de crisis y cambios. En las familias en las que ambos padres trabajan, normalmente son los abuelos – generalmente las abuelas– quienes se ocupan de los niños y, además, son de gran ayuda económica cuando hay escasez de recursos”, indica la psicóloga Raquel Fernández.

¿Cuál debe ser su papel?

Según los estudios, a los abuelos, en general, les agrada colaborar en la educación de los nietos siempre y cuando sus hijos respeten y valoren la labor que realizan. No les satisface en absoluto ser considerados como simples cuidadores o como medio para librarse de las obligaciones parentales. La relación que establecen con sus nietos suele ser amorosa y poco exigente. Ellos ya pasaron por la difícil labor de educar, sin tiempo suficiente y, en muchos casos, compaginándolo con el cuidado de sus mayores, sin los conocimientos y facilidades de los que  disponemos en la actualidad. Son supervivientes y ven la vida desde una  perspectiva diferente: han aprendido que el secreto de la felicidad está en amar, compartir experiencias, ser agradecido, perdonar…

Y ¿quiénes son los candidatos perfectos para compartir tanta felicidad?

Los nietos, como no podía ser de otra manera.¿Cuáles son las ventajas? Son muchas las ventajas que obtienen los niños cuando los abuelos se implican en su desarrollo y aprendizaje. Los abuelos generalmente disponen del tiempo y la actitud idónea para conectar con ellos y transmitirles toda su sabiduría y experiencias vitales. Los nietos aprenden de ellos valores como la paciencia, la entrega, la confianza en uno mismo, a adaptarse y superar las dificultades… Además descubren juntos cómo controlar sus emociones y cómo resolver conflictos. Por otro lado, los abuelos también se benefician de ventajas como sentirse útiles, estimulados, acompañados, queridos, y también actualizados y al tanto de las nuevas tecnologías.

¿Dónde están los límites?

Si entendemos malcriar por entorpecer la labor educativa de los padres, ¡la polémica está servida! El dicho popular “los padres están para educar y los abuelos para malcriar” sin duda levantará ampollas entre los padres, temerosos de ver convertidos a sus hijos en futuros adultos cómodos, egoístas y caprichosos. “Enseñemos a nuestros abuelos a mimar sin malcriar, y a adaptar sus estrategias educativas a los tiempos actuales. Los abuelos deben conocer y apoyar la aplicación de las normas de riguroso cumplimiento que los padres ponen para sus hijos e informar de su transgresión para que sean aplicadas las consecuencias previamente establecidas.

Deben actuar de forma coordinada para evitar que los nietos se conviertan en  futuros tiranos. Con el resto de normas podemos dejar que los abuelos sean más flexibles y pensar que los niños aprenden a adaptarse perfectamente a diferentes situaciones y saben qué pueden hacer y dónde hacerlo en función de con quién estén.

Beneficios para…

 

los niños

Los nietos pueden ver en sus abuelos un modelo a seguir, servicial, paciente y tierno al que pueden imitar. Pero, además, encontrarán en ellos:

El mejor compañero:  Son los mejores compañeros, siempre dispuestos para jugar, nada competitivos y capaces de dejarse ganar si es necesario.

Consejos y mediación: Pueden actuar de árbitros si hay conflictos con los padres.

Apoyo emocional: Son una fuente inagotable de cariño, sonrisas y halagos. Y también les escuchan y apoyan cuando se sienten frustrados, atemorizados o tristes.

Fuente de valores: De ellos obtendrán conocimientos de valores como la entrega, la prudencia y la tolerancia.

Transmisión de tradiciones: Conocerán anécdotas, historias familiares divertidas, tradiciones…

los mayores

Los nietos no son los únicos que se benefician. De esta relación, los mayores también salen muy bien parados.

Más energía: Los pequeños de la familia tienen más energía y los abuelos, al convivir con ellos, harán más ejercicio, tendrán una vida más activa y más energía.

Menos depresión: La convivencia y, sobre todo, el sentirse útiles hará que se sientan menos solos y se aleje así la sombra de la depresión.

Más jóvenes: Los abuelos revivirán con sus nietos experiencias, anécdotas y momentos de cuando ellos fueron padres, lo que les hará sentir más jóvenes.

Más memoria: Estar al tanto de las canciones que escuchan sus nietos, las películas o acompañarles en las tareas escolares hará que ejerciten la memoria.

Más esperanza de vida: Según los estudios, aquellos abuelos que se implican en la educación de sus nietos tienen una mayor esperanza de vida.

 

 

Tomado: serpadre.com

 

 

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