SOY LA OTRA..

Estabas sola y sin perspectiva de una relación que valiera la pena, y lo conociste: te pareció el hombre más interesante y seductor del universo. Al principio no te importó que que el tuviera una relación, a fin de cuentas no estabas enamorada del todo y la clandestinidad le sumaba adrenalina al asunto. Con el paso del tiempo lo que parecía un “toca ir” se volvió más complejo y comienzas a necesitar algo más de lo que podía darte.. cuando formas parte de un triángulo amoroso, el manejo de los tiempos, los horarios y la frecuencia de los encuentros queda en mano del otro y eso puede ser muy frustrante y doloroso.

El vínculo con una persona comprometida suele terminar en sufrimiento. Una cosa es un desliz, y otra, sostener una relación con alguien que no pueda armar un proyecto a futuro. Pocas veces las amantes pasan a jugar a primera, y ese rol que ocupa termina por lastimar..

No, no son pareja..

En un principio los encuentros son un arreglo variable: pero si surgía un imprevisto los encuentros se cancelaban, y con el tiempo quedan pautados y es cuando se comienzan a crear planes para cuando nos volvamos a ver “te llevaré a una paladar que te encantará la comida” Y sin embargo el día para que lo planearon, el prefirió quedarse en tu casa con el pretexto: “de pasar mejores momentos de intimidad”.. no le preguntaste el por qué, de ese cambio de planes; pero te percatas que es que no quería mostrarse en público. Está claro que una relación clandestina tiene varias limitaciones..

Cuando se piensa en una pareja entra en juego cierta igualdad de condiciones a la hora de entregarse al otro. Es posible que los dos amen con la misma intensidad, pero alguna paridad debe de haber, sin embargo en una relación con alguien comprometido, lo que entra en juego es la disparidad: uno puede dar todo, y el otro, muy poco. Indudablemente eso lastima. Entonces no se puede hablar de pareja..

Atracción fatal..

Las mujeres estamos acostumbradas a los desafíos, a la aventura y a luchar por lo que queremos. Claro algunas se zarpan: consideran que un hombre que se encuentra disponible es todo un reto. Están con el no tanto por amor, sino porque le gusta competir con otra mujer “El echo de que sea imposible puede ser el mejor condimento de la relación.” es un impulso inexplicable ,las hace desearlo de manera casi compulsiva. Cuando sostienes una relación de a tres , es difícil darte cuenta de que estás atada en una dinámica puramente competitiva.. así que realmente debes de preguntarte si realmente lo deseas por sus cualidades reales o si es solo ganas de apropiarse de lo ajeno..

Novia fugitiva en el camino..

Para muchas mujeres tener una relación con un hombre casado es la excusa para no quedar enganchada en una pareja seria. Si eliges a alguien casado no tendrás que enfrentar un compromiso real o luchar contra los riesgos o tus vulnerabilidades.. En estos casos, una relación de amantes seria perfecta para ambas partes: el consigue un oasis en el marco de una pareja estable, y ella tiene encuentros sexuales en los que se divierte sin la presión de formalizar un compromiso afectivo..

Plegarias atendidas

Finalmente lo logras: que el deje a su novia. Por supuesto eres feliz, peroooo… Hay que mencionar una elemento inevitablemente va a sobrevalorar la relación: si lo conociste siendo su amante, es probable que vivas con el fantasma de que en algún momento vuelva a tener una relación paralela..

La construcción de la confianza es uno de los mayores trabajos que les espera. Van a tener que hablar mucho para que los nubarrones se despejen o para aprender a vivir con esa incertidumbre..