Puede ser por necesidad de ciertos nutrientes o, simplemente, por la necesidad de calmar los nervios del embarazo.
Los antojos son una mezcla de intolerancia (o asco) a algunos alimentos, debido a un cambio de velocidad en el metabolismo, y los cambios neuropsicológicos que se producen por la acción de las hormonas, en concreto, de la progesterona. Bajo estas circunstancias, se nos pueden antojar otros alimentos que, quizás antes del embarazo nos pasaban desapercibidos. Pero no responden a ninguna necesidad orgánica ni tuya ni la del feto.
¿A qué se deben?
Se sospecha que pueden estar vinculados a la necesidad de protección, cariño y atención que precisa la madre en esta etapa de su vida. Su fragilidad emocional es mayor durante la gestación y los antojos son una manera de calmar el ansia que produce el embarazo. También podría deberse a la necesidad de aportar determinados nutrientes al cuerpo.
¿Tienen riesgos?
Depende del alimento, pero por lo general, cuando hablamos de antojos, nos referimos a productos ricos en sal, azúcar o grasas. Así que hay que tener cuidado con ellos ya que pueden hacer que aumentes más peso del aconsejable y eso no es bueno para la gestación. Por esta razón, es mejor que busques alternativas más saludables.
¿Le saldrán manchas al bebé?
No, eso es una leyenda urbana. Lo que sí puede ocurrir es que si te apetece mucho tomar algo pero no puedes conseguirlo, las ganas y la ansiedad por comerlo se incrementen. Pero puedes estar tranquila, porque ni siquiera la frustración por no poder satisfacerlo va a producir ningún efecto nocivo en la salud del feto.
Tomado de: Serpadre