Crisis Matrimoniales

 

 

Los matrimonios enfrentan crisis de diferentes tipos por eso en ese artículo divide las crisis de pareja en crisis vitales y crisis inesperadas. Las palabras claves para resolver estos problemas son: Familia, esposos, crisis, separación, divorcio, matrimonio, pareja, conflictos.

En primer lugar se tiene que identificar y reconocer la crisis. No sirve de nada tratar de guardar las apariencias viviendo la Fantasía del “matrimonio feliz” cuando lo que existe realmente es un grito desesperado por ayuda. Además, es necesario saber diferenciar si se trata de una crisis vital o una situacional. En el caso de las crisis vitales, es necesario anticiparse a través de una preparación permanente, y mantener una visión realista del periodo o etapa de vida que les corresponderá vivir en un corto o mediano plazo. Esta preparación requiere de hacer planes para el futuro tanto a nivel personal como a nivel de pareja.

Un segundo aspecto es la unidad. La pareja debe estar más unida que nunca, procurando pasar juntos el mayor tiempo posible, compartiendo salidas y pasatiempos. Es necesario mantener una comunicación abierta y sincera. También ayudará mucho el mantener la calma y el buen humor, y el procurar escuchar a personas que ya han experimentado alguna crisis vital. La pareja puede escuchar, analizar y rescatar lo que sirva para el fortalecimiento de su relación. Por otro lado, están también las crisis situacionales o inesperadas como inestabilidad económica, intromisión de los familiares, infidelidad, inestabilidad en la comunicación efectiva y afectiva, separación y divorcio, desgaste en la convivencia, rutina, enfermedad, incompatibilidad de caracteres, muerte, etc. Cualquiera que sea la situación nunca debemos dejar pasar por alto una crisis por más pequeña que sea, porque con el tiempo ésta irá creciendo y se convertirá en una crisis mayor y será más difícil lidiar con ella.

Las crisis menores no resueltas son un peligro. Pasar por alto estas “pequeñeces” es de alto riesgo. En el caso de la relación con los hijos, si no se resuelven las crisis a tiempo, puede ser que cuando los padres se den cuenta, el niño ya llegó a la adolescencia, y aquello que antes se hubiera superado con mayor facilidad y en un corto tiempo, se convierte en un descomunal desafío.

Para alcanzar el objetivo de tener un matrimonio feliz, es necesaria una vida consagrada y dedicada a Dios. Él debe ocupar el primer lugar en nuestra vida. Ser realmente el primero en nuestros afectos. Cuando el amor mora en el corazón de cada esposo y esposa, ellos estarán en condición de enfrentar victoriosamente las crisis de su vida matrimonial.

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