✱ Con la llegada de los hijos se evidencia un cambio en la pareja que trae consigo la pérdida de la intimidad, reducción de las ocasiones de realizar una escapada o una cena, compartir con los amigos y practicar nuestros hobbies.
✱ El rol de ser padres absorbe energía, ya que requiere la organización de una nueva dinámica familiar. Esta energía se reparte muchas veces, de forma desproporcionada, dejando de lado a la pareja. La principal razón para que ello ocurra es que no se nace sabiendo ser padres, sino que es un rol que se va aprendiendo diariamente, por lo que derivamos la mayor parte de nuestro tiempo en aprenderlo y hacerlo lo mejor posible.
✱ Sin embargo, no nos podemos olvidar de pequeños detalles que hacen la diferencia con nuestra pareja, como dar los buenos días, tener un gesto cariñoso, ayudarle con los niños, piropearle, agradecerle, ofrecer ayuda, mantener la complicidad, exteriorizar todo aquello que se siente y piensa y aprovechar los pequeños tiempos a solas para compartir mutuamente.